Rocío Campos del Portillo, Samara Palma Milla, Pilar Matía-Martín, Viviana Loria-Kohen, Miguel Ángel Martínez Olmos, María Teresa Mories Álvarez, María José Castro Alija, María Ángeles Martín Palmero, Elena Carrillo Lozano, Marlhyn Valero Pérez, Isabel Campos del Portillo, Alejandro E. Sirvent Segovia, Pilar Plaza Blázquez, Diana Monserrat de la Cruz López, Francisco Pita Gutiérrez
Resumen
La anorexia nerviosa (AN) es una enfermedad de origen multifactorial. Recientemente se ha sumado el papel de las redes sociales y la microbiota intestinal en la patogenia. La pandemia por COVID-19 ha tenido un impacto negativo en los pacientes con AN.
La potencial afectación médica y nutricional derivada de la desnutrición o las conductas compensatorias dan lugar a una compleja enfermedad de gravedad variable, cuyo manejo precisa un equipo multidisciplinar con elevado nivel de conocimientos en la materia. Es fundamental la coordinación entre niveles asistenciales y en la transición de pediatría a adultos.
Una adecuada valoración clínica permite detectar eventuales complicaciones, así como establecer el riesgo orgánico del paciente y, por tanto, adecuar el tratamiento médico-nutricional de forma individualizada.
El restablecimiento de un apropiado estado nutricional es un pilar fundamental del tratamiento en la AN. Para ello es necesario diseñar una intervención de renutrición individualizada que incluya un programa de educación nutricional. Según el escenario clínico puede ser necesaria la nutrición artificial. Aunque la decisión de qué nivel de atención escoger al diagnóstico o durante el seguimiento depende de numerosas variables (conciencia de enfermedad, estabilidad médica, complicaciones, riesgo autolítico, fracaso del tratamiento ambulatorio o contexto psicosocial, entre otros), el tratamiento ambulatorio es de elección en la mayoría de las ocasiones. No obstante, puede ser necesario un escenario más intensivo (hospitalización total o parcial) en casos seleccionados. En pacientes gravemente desnutridos debe prevenirse la aparición de un síndrome de alimentación cuando se inicia la renutrición.
La presencia de una AN en determinadas situaciones (gestación, vegetarianismo, diabetes mellitus de tipo 1, etc.) exige un manejo particular. En estos pacientes también debe abordarse de forma correcta el ejercicio físico.