El 39º Congreso de la Sociedad Española de Nutrición Clínica y Metabolismo (SENPE) en Palma de Mallorca, con la ponencia del Dr. Eduard Baladia, nos acerca a conocer los pros y contras del uso de edulcorantes artificiales.
El Dr. Baladia resaltó la urgente necesidad de enfrentar este problema, enfatizando la existencia de evidencia sólida sobre sus vínculos con la obesidad y sus consecuentes patologías. Sin embargo, lamentó que intereses conflictivos hayan distorsionado la percepción pública de estos riesgos, lo que ha obstaculizado los esfuerzos para abordar este problema de manera efectiva.
Uno de los puntos clave fue la política de reformulación de productos, que propone la sustitución de azúcares libres por edulcorantes como medida para reducir calorías y mejorar el control glucémico. A pesar de su inclusión como una política prioritaria por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), su efectividad a largo plazo ha sido cuestionada.
El Dr. Baladia señaló que existen evidencias sugestivas pero no concluyentes sobre los posibles riesgos para la salud asociados con el consumo de edulcorantes, y subrayó la importancia de investigaciones adicionales para aclarar estos vínculos. Además, destacó que una alta ingesta de edulcorantes se asocia con una peor calidad de la dieta, lo que plantea interrogantes sobre la utilidad de la reformulación de productos en la promoción de hábitos alimentarios saludables.
En este contexto, se hizo un llamado a la acción para ampliar el enfoque de las políticas de salud pública más allá de la reformulación de productos. Se instó a la creación de un debate nacional sobre un conjunto integral de políticas para limitar el consumo de azúcares, con el objetivo de abordar el problema desde múltiples niveles y perspectivas.
Se propuso la elaboración de un Resumen de Evidencias de Políticas que evalúe la efectividad de diversas estrategias, como los sellos de advertencia en el etiquetado frontal y la aplicación de tasas económicas a las bebidas azucaradas. Este resumen serviría como una herramienta crucial para informar el diálogo político y facilitar la implementación de políticas efectivas, a pesar de las posibles resistencias por parte de la industria alimentaria.
En conclusión, si bien el uso de edulcorantes puede desempeñar un papel en la reducción del consumo de azúcares, es evidente que se necesitan medidas más amplias y sólidas para abordar este complejo desafío de salud pública. El compromiso con la investigación continua, el debate informado y la acción política concertada son fundamentales para lograr un cambio significativo en los hábitos alimentarios y mejorar la salud de la población.